sábado, 20 de diciembre de 2008

My Bloody Valentine · Loveless


Kevin Shields consiguió, hace ya diecisiete años, crear desde el riesgo de una producción errática un elixir que nos transportara a una nueva atmósfera concebida a través de la distorsión de multiples guitarras. En 1991, el momento en el que el grunge era la nueva droga y el Nevermind reventaba tímpanos, se publicó Loveless, lo cual conllevó que éste pasase injustamente desapercibido y no lograse ningún reconocimiento comercial. La grabación del álbum duró más de dos años, en los que Kevin Shields alcanzó un nivel perfeccionista casi obsesivo que dejó al borde de la bancarota al sello Creation Records y que despertó las diferencias en la banda, que acabaría disolviéndose. Loveless debe sentirse como un disco completo, como un trance de cincuenta minutos que se alcanza a través de la comunión de frenéticas capas de guitarras, loops de batería y voces femeninas suaves y alejadas que forman un todo distorsionado que incita a rodar el control del volumen hasta que no dé más. En 2007 My Bloody Valentine se juntaron de nuevo, y este año actuarán, por partida doble, en el Primavera Sound.

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